17 de Octubre de 2022, 5:08 a.m.
¿PARA QUE HAGO LO QUE HAGO?
Hoy aprendí que existen dos formas de ver la pregunta «para qué» hago o dejo de hacer tal “cosa”.
Podemos preguntarnos desde dos maneras diferentes, aparentemente «opuestas».
Desde la frustración y cierre de las posibilidades o desde la esperanza y apertura a lo nuevo.
Cuando el para qué es desde contracción o frustración: mi respuesta es «UFAAAAAAA !!l para que lo hago si total…..»no cambia nada…siempre es inútil… siempre es igual, no va a cambiar nada …» , es la desesperanza que habla. LO denomino el Para que del “YO” (la contracción) ese que quiere el control de todas las cosas, el que se aferra al resultado, el que cree que puede dirigir como en la orquesta la realidad, el Para que condicionado y restrictivo, el que piensa que debe si o si suceder solo una única cosa, y si no se frustra. La idea es que el resultado es estrecho y limitado. Es un resultado completamente condicionado por lo que creo que tiene que suceder pues me encuentro en realidad apegado al resultado.
En cambio cuando nos preguntamos el para qué hago esta “cosa” desde el “SOY” (la expansión) y salgo de ese condicionamiento preestablecido y me abro a otras posibilidades de “EXITO” (resultados), cuando me pregunto desde esa óptica, se abre ante mi un abanico de posibilidades infinitas donde podré probar, y la rueda infinita de prueba – error- aprendizaje / prueba- error- aprendizaje se transformará en un gran maestro para mi evolución.
Es un círculo virtuoso, pues conozco y desarrollo nuevas virtudes, acciones, capacidades de mi, que quizás y muy probablemente, no hubiese desarrollado, desconociendo mi potencial.
Es decir, una RUEDA de crecimiento y evolución, saber que el resultado correcto es inexistente, pues es la experiencia misma la que tiene la capacidad de expandirme y enseñarme a mi mismo.
Es el camino hacia el resultado, lo que hace que me desarrolle, que pruebe y que re-conozca en mi nuevas habilidades, nuevas capacidades.
Probar sentir y ver la vida desde lugares y aristas diferentes para probar así nuevas sensaciones, por el solo hecho de ser incondicional con el resultado mismo.
El solo permitir abrirse a la experiencia misma en libertad, sin condicionar el resultado, disfrutando el estar vivos.
Aprender poco a poco a divertirse en los procesos de acción y crecimiento, siempre estará la ventaja y la ganancia. Haremos las cosas siendo libres de los resultados, lo que interesa es solo el proceso que me lleva al resultado. Esa es para mi la clave del éxito.
ES PROVAR LA LIBERTAD EN NUESTRA PROPIA CARCEL.
Ningún invento en esta maravillosa existencia, se hubiese creado, si los inventores se hubiesen hecho la pregunta para qué con ojos de desesperanza y frustración. Te imaginas a Edison preguntándose en sus 1132 intentos por crear la lámpara de la luz: UFAAAAA!!!! Para qué intento hacer la lámpara de la luz, si igual no funciona, no funcionará nunca.
Ese “para qué” frustrado, que piensa solo al único modo de hacer las cosas condicionadamente. La desesperanza limita, contrae, aprisiona. Es mi YO limitado que no permite expandirse en el “SOY” que todo lo quiere probar sentir, oler, vivenciar.
La formula para respondernos a la pregunta PARA QUE justa es: hacer las cosas desde mi “YOSOY”, pues uno complementa al otro, uno permite ser la otro; pues YOSOY